Según la Real Academia Española de la Lengua, una sonrisa es la acción de ofrecer un aspecto alegre o gozoso. Pero cuando lleva el apellido ‘de lunares’, esa acción significa mucho más. Desde hace varios años, la Asociación Sonrisa de Lunares lucha, desde su sede de la calle Lucano, por y para todos los niños. Una promesa que su director le hizo a su hija fue la desencadenante de este proyecto solidario, que este año presenta su tercera campaña ‘Ningún niño sin desayuno’, en la que recogen alimentos básicos para, al menos, proporcionar desayunos y meriendas a los más pequeños. Aunque, «nunca es suficiente», según Luis González, director de la entidad, que hace hincapié en que «cada año aumenta más la demanda», por lo que intentará prolongar esta recogida de alimentos hasta que pasen las fechas festivas.

Pero no solo de pan vive el hombre, ni de desayunos los niños. Luis, junto a todas las personas que están volcadas con esta asociación, está preparando su proyecto más solidario: una clínica en la que ayudar a todos los niños y familiares que lo necesiten y no tengan medios. Por ello, en la calle Compositor Ramón Medina hay unas cortinas rojas con lunares blancos que sirven de cartel de entrada a un centro, en pleno proceso de formación, que acoge desde una tienda solidaria hasta un gimnasio para la rehabilitación de niños en atención temprana. «El proyecto que tenemos es conseguir una clínica lo más grande posible, dotada de la mejor maquinaria, para todas aquellas familias que necesitan estos servicios y no tienen recursos para ello», comenta Luis.

Este centro cuenta con muchas sonrisas entre ellas la del propio Luis, además de la de la fisioterapeuta, la abogada, la psicóloga y la trabajadora social, junto con la de todos los voluntarios que están sirviendo de apoyo para que esta iniciativa pueda estar en pleno rendimiento a principios del 2017, o eso quiere su director. «Estamos dando clases a niños en riesgo de exclusión, pagamos medicinas a personas con enfermedades crónicas y que no tienen recursos y tenemos una tienda solidaria», un lugar donde, por un precio simbólico, cualquiera que se acerque puede adquirir desde unos zapatos hasta cualquier tipo de prenda, cuyos fondos irán destinados a pagar los gastos que este centro sufra por la prestación desinteresada y gratuita de servicios.

Además, Luis González, en su afán por ayudar «todo lo que pueda y más», tiene muchos proyectos más en mente. Uno de ellos será la organización en el 2017 de unas olimpiadas de carácter nacional con niños que sufran algún tipo de discapacidad y que tengan entre 6 y 14 años. Para ello cuenta con el apoyo de la Universidad de Córdoba, el Fontanar y Vistalegre, a través de la cesión de sus instalaciones. Del mismo modo, el Club Running Alcolea ha realizado un calendario solidario formado por fotografías de los barrios de sus integrantes y realizadas por ellos mismo. «No es lo clásico, originalidad no le falta e ilusión tampoco», cuentan desde el club, en el que todos tienen un mismo fin: una donación para la Asociación Sonrisa de Lunares. Ahora tienen un reto, vender todos los calendarios, promocionando su idea sin ánimo de lucro. Años atrás, Sonrisa de Lunares también contó con el apoyo de entidades locales muy representativas y con gran trascendencia social. Cualquier ayuda es válida, pero nunca será suficiente para un grupo de sonrisas que están trabando constantemente. «Todo por y para los niños», concluye Luis.