Estuvo organizado por la asociación de padres Uniprodis y contó con una coreografía y la presentación de varios de los alumnos

La canción del incombustible Raphael Maravilloso corazón fue el tema escogido ayer por los alumnos de Promi para agradecerle a Juan Pérez Marín el trabajo desplegado durante cuatro décadas por el colectivo de niños y personas con discapacidad.

Fue un homenaje sorpresa montado por la asociación de padres Uniprodis, que consiguió llenar el salón de actos del Centro Ocupacional que Promi tiene en Rabanales y que consiguió revolucionar como nunca el corazón de este cardiólogo "carcabulense, reinvidicativo, visionario, cabezota, generoso y quijote", en palabras de sus discípulos, que un día decidió consagrar su vida a la dignificación de la de los discapacitados. Del fundador de Promi ayer se dijeron algunas de su rarezas, como la de las horas robadas a su familia para dedicárselas a su causa o la de luchar contra viento y marea para demostrar que estas personas también tienen mucho que aportar a la sociedad.

Ayer acudió al encuentro pensando que iba a una reunión de técnicos y se encontró con la cariñosa encerrona que profesionales, padres y alumnos le tenían preparada, y que a punto estuvo, dijo, de darle un mal rato a su corazón.

Juan Pérez Marín inició su quijotesca andadura en defensa de la dignidad de los discapacitados en el año 1970 porque no podía entender ni consentir, decía su hijo Juan, hoy presidente de Promi, que aquellos niños que nacían con alguna deficiencia tuvieran que vivir ocultos, separados del mundo y de una sociedad que les daba la espalda.

A lo largo de estos cuarenta y cuatro años, explicaban, Promi ha pasado por muchas vicisitudes, las primeras en torno a la incomprensión del objetivo, las últimas más relacionadas con la economía de un grupo que hoy tiene 14 centros, 550 muchachos atendidos y 350 empleados.

Ninguna de esas adversidades consiguió amedrentar a su fundador que incluso ayer, una vez sobrepuesto a la emoción del momento, seguía reivindicando a las autoridades más medios, más apoyos, más comprensión y más cariño, que fue lo que él recibió ayer a raudales.