lo más importante de este proyecto es que esas palabras recogidas no están hoy en desuso sino que tienen bastante popularidad

Bacalá, burraco, cacharro, japuta, meiba, saquito, pego, perolete. Esta lista de palabras, y muchas más, todas ellas tan inusuales como frecuentes, tan comunes como poco conocidas, por diversas razones se han extendido hasta el resto del país. Son típicas palabras cordobesas que han sido creadas para un entendimiento común y ahora, pasado un tiempo y debido a varias consecuencias, son célebres y populares.

Como resultado, la Fundación Córdoba Ciudad Cultural ha elaborado un diccionario cordobés que recoge las palabras y expresiones más características del habla coloquial cordobesa a partir de las aportaciones realizadas por los internautas en las redes sociales de Córdoba 2016 a lo largo del año 2010, tanto en Facebook como en Twitter y Tuenti. Se ha tenido en cuenta la fonética y la pronunciación de las palabras a la hora de representarlas gráficamente. Este conjunto de palabras tiene pretende reflejar y dejar constancia de la idiosincracia de los cordobeses a través de su habla coloquial, con el simple objetivo del entretenimiento y el reforzamiento del orgullo de pertenencia.

Es cierto que muchos de los vocablos registrados en este glosario son comunes a otras zonas de Andalucía, pero no por ello les quita valor como términos propios del habla cordobesa. Igualmente, se han incluido palabras que a pesar de aparecer en el diccionario de la RAE, tienen en Córdoba un uso más extendido que en otros lugares de la geografía española o tienen acepciones diferentes a las comúnmente empleadas por todos los ciudadanos. Las quejas de los cordobeses, que durante tanto tiempo se han perdido en el aire, son ahora escuchadas y han llegado a las alturas ya que la misma Real Academia Española reconoce al cabo de muchos años los localismos que han marcado desde siempre nuestra ciudad.

Quizá lo más importante de este proyecto es que esas palabras recogidas no están hoy en desuso ni mucho menos, sino que se siguen empleando y tienen bastante popularidad y notoriedad entre los ciudadanos. Este proyecto, que tiene su origen en la fundación Córdoba Ciudad Cultural, se cimenta ahora con mayor fuerza debido a que la misma RAE en su 23 edición, ha creado en estos días una unidad destinada a canalizar las críticas y las sugerencias.

Este puede ser un claro ejemplo del valor tan arraigado que tienen los localismos y de su necesario reconocimiento nacional. Porque el tiempo cambia, y nosotros con él, lo mismo que las lenguas, que sufren variaciones e incluso desviaciones, por ello ya es hora de que alguna entidad reconociera el valor del lenguaje cordobés, ese mismo que es fácilmente exportable, debido a su carácter pícaro y socarrón. Porque el lenguaje con propiedad es como las berenjenas fritas, el salmorejo o una buena taberna. Tiene denominación de origen y está obligado a expandirse.