Periodista y escritor, hubiera entrevistado a García Márquez. Después de su libro 'La vida a veces', publica su novela, titulada 'El año sin verano'

--Debajo de su casa hay un piso cerrado y vacío. Se dedica a fisgonear y le sale una novela. ¿Así de fácil? ¿No abren los bares en agosto en Madrid?

--Los bares de mi barrio están todos cerrados en agosto. Así que, bueno, mi hobby era el allanamiento de morada, entre comillas, pero es que detrás de cada puerta hay una novela.

--Su protagonista es periodista cultural, trabaja en televisión, le gusta el cine y la escritura. ¿Algo que ver con usted?

--Casualidades. Todo son casualidades. Salió así. El narrador me salió con ese oficio y con algunas aficiones parecidas. Pero en la literatura todo es producto de la casualidad muchas veces.

--La novela es un juego, una mezcla a partes iguales de realidad y de ficción. Como periodista, ¿tiene que morder la tierra que pisa?

--Sí. Necesitas el ancla de la realidad y, además, yo creo que ese es uno de los mandamientos del periodismo, el ser testigo y levantar acta notarial de la realidad o de la cruda realidad.

--Antes de dedicarse a husmear a los vecinos de abajo, quería escribir la historia apasionante de una mujer que se parecía mucho a su abuela. ¿Le meterá mano ahora?

--Es que ya sabes que a veces, cuando escribes algo muy cercano, es cuando más distante estás, cuando más te cuesta hacerlo. Pero no. Está en una carpeta del ordenador, vacía.

--En el periodismo no se gana dinero y en la literatura tampoco. ¿No se habrá equivocado de oficio?

--Me he equivocado radicalmente, pero uno no ha venido a ninguna de las dos cosas para hacerse rico. Eso ya me lo dijeron cuando dije que iba a estudiar periodismo.

--Su novela es muy cinematográfica. ¿No le dará algún día por el guión o por la dirección?

--¡Uf! Los guionistas son los pulmones de la industria cinematográfica. Los respeto mucho y no creo que me dé por ahí. Por la dirección, mucho menos.

--De su relato 'El trastero', incluido en 'La vida a veces', Gaizka Urresti hará un cortometraje. ¿Ocurrirá lo mismo con 'El año sin verano'?

--Ojalá. A mí me resultaría muy complicado, pero si alguien quiere llevar a la gran pantalla esta peculiar comunidad de vecinos, llena de héroes anónimos, le invito.

--Su profesión le ha permitido conocer y entrevistar a muchos personajes, menos a García Márquez, que hubiera sido su sueño. ¿Qué le hubiera preguntado?

--Le hubiera dicho que dónde está Macondo hoy en día.

--Su novela, que es una mezcla de géneros, es también una historia de amor. ¿Es imposible escribir sin perderse por una señora?

--Si es que el amor lo mueve todo. El amor y el desamor. Imagínate la de canciones, la de libros y la de poemas, y la de películas, que se hubiesen quedado sin hacer, si no existiese el amor y su contrario, el desamor.

--A usted, que le gusta tanto fisgonear, ¿no le gustaría perderse con ella por las calles de Córdoba?

--Siempre. Pero no hace falta ninguna excusa para perderse por las calles de Córdoba. Cualquier día es bueno, así que si hoy me dejas, nos vamos para allá.