El aeropuerto de Córdoba tiene ya 58 años de historia a los que llega sin vuelos comerciales de carácter regular a pesar de su reciente ampliación. El 5 de noviembre de 1958 se inauguraba el servicio aéreo, ofrecido por Aviaco, entre Madrid y Córdoba, con autoridades y periodistas, y un día después se estrenaba para los viajeros. Era el primer vuelo que ofrecía el aeropuerto, que había sido inaugurado el 25 de mayo. Según recogía CÓRDOBA en su portada y en la página cuarta, la expedición cordobesa salió de Córdoba en «el expreso» y en ella iban, entre otros, el alcalde, Antonio Cruz Conde; el teniente de alcalde delegado del Aeropuerto, Ricardo Muro; y, como enviado especial del periódico, José Luis Sánchez Garrido, que se unirían en Barajas a más pasajeros de ese primer vuelo, que el cronista del viaje relata con todo lujo de detalles.

El avión salía de Madrid a las 12.30 y una hora más tarde sobrevolaba Córdoba, que brindaba «una perspectiva nueva, con sus edificios antiguos y modernos, con sus monumentos». En el aeropuerto aguardaban, entre otras autoridades, el gobernador civil, Juan Victoriano Barquero, y el presidente de la Diputación, Rafael Cabello de Alba, y «gran cantidad de cordobeses que quisieron estar presentes en este acto, de gran trascendencia para el futuro de la ciudad». Las instalaciones que estrenaba este vuelo iban a ser, según el cronista, vitales «para el progreso de nuestra población». Un año después, habría también vuelos a Málaga.

Cincuenta años después, en septiembre del 2008, causaba similar expectación el inicio de los vuelos de Flysur que unieron Córdoba con Barcelona, Vigo y Bilbao durante 46 días. En aquel momento, y tras años de debate, ya se había diseñado la ampliación del aeropuerto. De los proyectos previstos entonces, solo se ha acometido la ampliación de la pista, que costó al Gobierno central 85 millones y requirió el derribo de 115 viviendas que estaban dentro de las 188 fincas expropiadas. Las obras acabaron en el 2011 pero aún no han servido para lo que siempre soñó Córdoba, tener vuelos regulares de viajeros.