Catalizó todo el juego de ataque del Girona, manejó el balón casi a su antojo, buscó caminos al gol para los suyos y anotó el primero para el Girona de un derechazo prácticamente imparable que abrió la esperanza a un Girona que estaba en ese momento bastante tocado. Borja García brilló anoche sobre el césped de Montilivi. H