En cuanto a toldos, empresarios, vecinos y peatones insisten en que las terrazas «no pueden estar cerradas ni total ni parcialmente», incidiendo en que «se impedirá el cierre frontal y lateral» para evitar «la creación de “salones” en la calle». A su juicio, un cierre total «no es terraza» y exige una concesión administrativa. Además, exigen el cumplimiento de que todos los elementos de la terraza sean muebles, armonicen con el entorno, y que, además, «deben tener protecciones que minoren el ruido» al ser movidos.

Importante es que los cinco colectivos quieren «ampliar esta filosofía de actuación a otros negocios» como fruterías, tiendas de ropa, bazares, talleres, que «ocupen de forma desordenada, excesiva y/o sin licencia la vía pública».

En cuanto a las licencias otorgadas a los veladores, recuerdan que se paga por metros ocupados, por lo que exigen que se defina con claridad qué tipo de mobiliario se puede utilizar y el espacio que necesita en función de sus características. Por ello, solicitan que Urbanismo tenga en cuenta los metros de ocupación en función del despliegue real de mesas y sillas. En cualquier caso, plantean que si eso conlleva una bajada de ingresos, se estudie «una rebaja en la tasa». Además, reclaman que en los locales que ya hayan logrado permiso para sus veladores y tengan que retirar algunos o adecuar sus terrazas a los nuevos criterios, se estudie «la revisión de la tasa de forma temporal para compensar el gasto», o que se intente compensar en ejercicios futuros.

Otra de las demandas que realizan en el documento consensuado es otorgar licencias para veladores «variables» según horarios, periodos o épocas, con el fin de que las terrazas puedan «adaptarse al fin del horario comercial de una calle».