Desde que el hospital Reina Sofía efectuó en 1989 el primer trasplante de hígado hasta ahora se han llevado a cabo más de 960 injertos de este tipo en Córdoba. En España se realizan en torno a 1.000 trasplantes hepáticos al año, sumando los datos de las 25 unidades trasplantadoras de hígado existentes. A pesar de esta actividad, "existe una desproporción entre la disponibilidad de donantes y la necesidad de órganos, aunque en Córdoba y en España tengamos de las tasas más altas de donación del mundo. Para reducir el 15% de mortalidad que existe aún entre los pacientes que están en lista de espera para un trasplante hepático necesitamos optimizar los recursos de que disponemos para hacer una buena asignación entre donantes y receptores y que esto se traduzca en el mejor resultado posible. No se trata solo de efectuar muchos trasplantes, sino de que éstos funcionen", indica el doctor De la Mata.

En la actualidad, las perspectivas de supervivencia del trasplante hepático son de en torno al 70% a los 5 años de la operación y del 60% a los 10 años. La herramienta impulsada desde Córdoba para la mejor asignación de donante-receptor en trasplante hepático muestra una capacidad de predicción de supervivencia del 88% y de pérdida del injerto del 66%, frente a los modelos convencionales que pronostican acertadamente la posible supervivencia de un órgano trasplantado, hasta el 85% de éxito, pero no el fracaso, que solo llega al 3,4%.

Hoy en día la única opción para un enfermo que necesita un trasplante es que aparezca un donante fallecido compatible y la donación de vivo o en split (trasplante dividido). Además, en algunas unidades de trasplante se está potenciando el injerto de donante en asistolia (a corazón parado). Sin embargo, no existe aún la opción de un hígado artificial. "La verdad es que la necesidad de llevar a cabo trasplantes hepáticos disminuirá cuando los nuevos tratamientos que se están administrando contra las hepatitis virales crónicas den resultado, pero para esto quedan años", expone este experto. Las dos principales causas de trasplante son la cirrosis hepática y la cirrosis viral, pero el motivo también puede ser un tumor. Sin embargo, gracias al diagnóstico precoz, se están aplicando tratamientos contra los tumores que en muchos casos logran evitar la necesidad del injerto, añade.