El Córdoba puso anoche el punto y final a una pretemporada habitual, con altibajos normales en cualquier equipo, pero con un denominador común: el poco crédito que transmite para un objetivo tan ambicioso como es el ascenso a Primera marcado por su propietario y asumido con naturalidad por el resto.

A falta de una semana para el comienzo de la competición, la plantilla sigue inacabada pero ya con un trazo grueso cercano a lo que se verá en lo que queda de año. Ayer tarde, el equipo de José Luis Oltra se presentó de forma oficial en El Arcángel --ya debutó ante el Granada con mejor imagen-- con 24 futbolistas, de los que sobra Ekeng, según el propio club, y faltan retoques. Y de ahí parten las controversias.

De momento, el pivote camerunés se llevó la primera pitada de la temporada en un ambiente aún desangelado, con poca presencia mientras saltaron uno a uno los jugadores y cuerpo técnico al campo, aunque fueron unos 7.000, más o menos, los que al final acudieron a ver a su equipo en la última cita veraniega ante el Getafe. Si se atiende a las necesidades que clama el equipo, aún faltaría algo más para la primera línea defensiva, en concreto un 2, y un centrocampista o mediapunta con características diferentes a lo poco que hay para esa demarcación en el plantel. Y eso tirando muy a la baja y teniendo en cuenta el discurso oficial del propio club.

Los de José Luis Oltra evidenciaron de nuevo una falta de ideas donde los equipos dan puntos cuando parten de posiciones tan ajustadas. El resultado, ni un disparo a puerta en noventa minutos y 0-2 en el marcador cuando el Getafe apretó un poco.

La cita valió también para calibrar el estado de opinión de la grada. Desde las presentaciones formales se mostró especialmente cariñosa con el rumano Florin Andone, el arquetipo del jugador aguerrido y entregado a la causa que tanto gusta a la afición local, así como con un entrenador que ha asumido, sin duda alguna, la consigna con estos mimbres tan poco flexibles.

El periodo de preparación ha tenido un perfil tan bajo que ni siquiera ha dejado señalados a jugadores, ni bajas por lesión ni estrellas incipientes, salvo la mención aparte con tintes extradeportivos del camerunés Ekeng. Sí ha sorprendido que en las dos citas en casa, Oltra haya apostado de inicio en la banda izquierda por un futbolista que aparecía entre los tocados, López Silva, quien parece haber convencido al técnico. Sin embargo, no ha sido un estío de nombres sino de actitudes, y la del grupo, sin ser virtuosa, al menos sí que ha demostrado que está lista para competir en Segunda A a falta de esos retoques. Al final, como el año del ascenso, la competición dará o quitará razones.