El apoyo de la Unión Europea (UE) ha impulsado la protección del felino más amenazado del mundo tras la puesta en marcha de tres proyectos Life que han contribuido a conseguir hitos en los planes de conservación impensables hace pocos años. La Junta coordinó los dos primeros proyectos Life Naturaleza con la colaboración de la Junta de Extremadura, la Fundación CBD Hábitat, Ecologistas en Acción, Federación Andaluza de Caza, Ateca, Aproca, Secem y WWF/Adena. Ambas iniciativas fueron reconocidas entre los mejores proyectos Life Nature Project que otorgan los estados miembros de la UE.

En la actualidad se está poniendo en marcha el tercer proyecto Life, que pretende extender la especie por nuevos enclaves de Portugal, Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía. Además de la Junta de Andalucía y el resto de socios que participaron en el anterior Life, en éste colaboran el Ministerio de Medio Ambiente de Portugal, la Junta de Extremadura, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Comunidad Autónoma de Murcia y el OAPN del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, junto a empresas privadas como Agroforex y Fomecam. Los técnicos han procedido a hacer una preselección de áreas de reintroducción y están trabajando para preparar el Vale do Guadiana (Portugal), Valle del Matachel (Badajoz), Guadalcanal (Andalucía) y Campo de Calatrava y Montes de Toledo (Castilla-La Mancha). De tener el éxito que se busca, el lince ibérico podría abandonar el "dudoso privilegio" de ser el felino más amenazado del mundo, pasando de la categoría de en peligro crítico de extinción a la de en peligro.

Empleo ambiental

Junto al aspecto de protección y recuperación del lince hay que unir el impulso económico que está propiciando. Durante el último proyecto Life, que finalizó en el 2011, se crearon 31 puestos de trabajo y se generaron 29.740 jornales en las zonas linceras de Huelva, Córdoba y Jaén. Además, 486 pequeñas y medianas empresas se beneficiaron con su ejecución. La recuperación de la especie está permitiendo que empresas de Doñana y Andújar ofrezcan la posibilidad de ver linces, favoreciendo el turismo ambiental. En Córdoba, en Adamuz y Villafranca, ya se está empezando a generar esta oferta turística.