El caos presidió ayer la contratación de los 30 controladores que deberán distribuir la entrada a los patios de miércoles a domingo esta semana y la próxima. A primera hora de la mañana, la empresa Hispanoservis, adjudicataria del servicio, reunió a un grupo de personas, la mayoría elegidos por los propietarios de distintos recintos, para entregarles la ropa y explicarles sus funciones. La reunión se prolongó hasta más allá de las 14 horas tras darse a conocer las condiciones económicas del contrato, que causaron la indignación de los presentes. "El año pasado cobramos 408 euros por 56 horas y este año pretenden pagarnos 260 euros", se quejaban algunos candidatos, que amenazaron con el cierre de los patios si no se solventaba el problema. Las horas pasaban mientras la empresa aseguraba que "se estaba negociando" con el Ayutamiento sin especificar cómo ni qué. Tras el revuelo inicial, Hispanoservis anunció que igualaba la asignación del año pasado, pese a que su propuesta inicial "estaba dentro de convenio". De esta forma, y a cuatro horas escasas del inicio de su labor en los patios, empezó el recuento y la asignación de puestos. 30 para otros tantos recintos de los 47 recintos en concurso, 27 elegidos por los propietarios y otros tres ajenos, según informaría después la empresa. Al mismo tiempo que esto ocurría en el Palacio de Orive, Fashion Azafatas, que empezó la distribución de los cicerones el pasado viernes, ultimaba la distribución de otras 30 personas, en este caso, candidatos a los que exigió conocimiento de un idioma. Estas 30 personas, 18 asignadas a puertas de patios y el resto cicerones por las calles, percibirán en torno a 395 euros, según ha conocido este periódico.

La concejala de Promoción de la Ciudad, Carmen González, que está de baja por embarazo aunque ayer se personó en el Palacio de Orive para tratar con la empresa la situación, se negó a informar a los medios sobre lo ocurrido. Otras fuentes municipales aseguraron que el Ayuntamiento no asumirá ningún sobrecoste por el aumento de la asignación, versión ratificada después por el gerente de Hispanoservis, Antonio Caballero, que justificó la decisión de aceptar la reivindicación de los candidatos y trabajar prácticamente sin margen de beneficio "por la promoción que supondrá para la empresa participar en este evento". Caballero aseguró que la empresa desconocía las condiciones económicas del año pasado, aunque consideraron razonable la petición de los controladores. Cabe recordar que la licitación de la empresa se cerró el día de antes al mediodía y que Hispanoservis tuvo solo 24 horas para contratar. Mientras Carmen González daba la callada por respuesta, la concejala popular Amelia Caracuel, criticó duramente la gestión realizada por el gobierno local. "Hay muchas preguntas sin contestar", aseguró, "PSOE e IU se han limitado a quitar lo que hizo el PP sin buscar alternativas y el resultado ha sido este desbarajuste". Se refería a la contratación de los controladores y también a temas sin resolver como "la no instalación de puntos de información turística o catenarias para ordenar las colas, la falta de señalética de las rutas y del código QR en las puertas de los patios para facilitar la visita". También criticó que la supresión de la plataforma digital hará que "no tengamos datos sobre el número de personas que acuden a la fiesta".

Por su parte, el teniente alcalde de Turismo, Pedro García, entonó el mea culpa y admitió errores en la gestión, sin concretar cuáles, que achacó en parte al gobierno anterior. "La fiesta estaba muy desorganizada y nosotros no hemos sido capaces de ordenarla en diez meses", dijo.

El presidente de la asociación Claveles y Gitanillas, Rafael Barón, informó de que todos los patios recibieron un controlador aunque criticó la improvisación y dijo que "no se han cumplido los objetivos al 100%".