. Se han aislado del suelo, materia vegetal en putrefacción, aguas residuales, comida animal, pollo fresco y congelado, alimentos frescos y procesados, queso, leche no procesada, desechos de los mataderos, así como en el tracto digestivo de humanos y animales asintomáticos.

. L. monocytogenes se ha aislado de variadas especies de mamíferos, aves, peces, crustáceos e insectos. No obstante su principal hábitat es el suelo y la materia vegetal en descomposición, en la cual sobrevive y crece como saprofito. Debido a su amplia distribución, este microorganismo tiene muchas oportunidades de contaminar alimentos en distintos pasos de la producción alimentaria, siendo ésta la vía más frecuente por la que el ser humano adquiere la infección.

. No se contagia, ya que se transmite por el consumo de alimentos contaminados por la bacteria.

. La listeriosis puede presentarse esporádicamente o en epidemias; en ambas situaciones, los alimentos contaminados son los principales vehículos de transmisión de L. monocytogenes.

. La leche, el queso, los vegetales frescos, la berza, el pollo, las setas, el pavo y muchos otros suelen ser los alimentos más frecuentemente implicados en ella.

. La incidencia anual por cada 100.000 habitantes puede variar del 0,3 al 0,8% y alcanzar un 5% durante algunos brotes epidémicos.

. La bacteria de la listeriosis es capaz de sobrevivir en condiciones que son adversas para la mayoría de las bacterias. Puede adherirse a las superficies (por ejemplo, de mesas, maquinaria…) y crecer formando colonias protegidas por una capa de polisacáridos, que la hacen resistente a los procesos de limpieza y desinfección.

Por este motivo, es fundamental lavar las manos, utensilios, superficies, alimentos que se van a consumir crudos, como frutas y verduras, etc.