Fue parte bien visible de ese grupo de montillanos ilustres que sentaron plaza en Córdoba hace tiempo (Francisco Solano Márquez, Antonio Varo Baena, Manuel de César). Además de maestro escuela, Agustín Gómez fue un maestro del flamenco y de la vida, con el privilegio de pertenecer a esa especie humana de los que son lo que quieren ser y sólo quieren ser lo que son. Su trabajo le costaría, que la predestinación tengo yo pa mí que exige mucho estudio, querencia y entrega absoluta.

Tuve la dicha de viajar en muchas ocasiones con Agustín y Manuel Gahete Jurado, aunque menos de las que yo hubiera querido. Lo escuché sentar cátedra flamenca en el Ateneo de Madrid en una de las dos veces que acudimos allá a petición del Ateneo de Córdoba, ante un público entendido que abarrotaba el salón de actos. A destacar la presencia de amigos como Antonio Povedano, Venancio Blanco, Manuel Ríos Ruiz, Jesús Asensi, Luis Jiménez Martos. También guardo en la talega de las emociones duras una memorable conferencia en el Ateneo de Sevilla, donde Agustín habló de las verdades verdaderas del arte flamenco como sólo él sabía hacerlo. En septiembre del 92, Agustín abandonó voluntariamente Radio Popular por el recorte de tiempo en antena que para su programa suponía la incorporación a la Cope de las vacas sagradas de la comunicación, los picos de oro. Terminaban así 21 años ininterrumpidos del programa La hora de Agustín Gómez, que disfrutaba de una audiencia auténticamente popular como es la afición flamenca, de una fidelidad sobradamente probada a lo largo del dilatado periodo de tiempo en aquel programa y en otros como Cante jondo, Cante y cantaores, etc. Fuimos muchos los que lamentamos la pérdida de aquella cita diaria con el flamenco y la voz creíble de Agustín a la hora amable de la copichuela y algo de picar. También fueron muchos los homenajes y reconocimientos que recibió Agustín a lo largo de su fructífera vida entregada a las enseñanzas. Como ya se anunció en este lugar por aviso de ese buen amigo Francisco del Cid, el día 1 de este mes la Federación de Peñas Cordobesas rindió en el Gran Teatro un magno homenaje con los cantaores David Pino, Rafael Ordóñez, Anabel Castillo, Chaparro, Antonio J. Mejías, Emi Álvarez, Eva de Dios, Churumbaque. Los guitarristas Paco Serrano, Gabriel Expósito, Luis Calderito, Rafael Trenas, Chaparro Hijo, Manuel Baena y Alfonso Linares. Al Baile: Lola Pérez y su grupo, Manuel Jiménez y su grupo.

Escribiendo sobre Agustín resulta inevitable que aparezcan en la memoria Manuel Concha, Juan Pérez Cubillo, Luis de Córdoba, Rafael Merengue y tantos nombres de gente buena que lleva uno en el corazón. Aquí el amanuense entiende poco de flamenco. Todo lo más, que me estremecen los cantes por seguiriyas, la granaína me altera el ánimo, los fandangos...