Es un dicho popular que «en gustos, no hay nada escrito». Esto es cierto para multitud de aspectos en todos los ámbitos. Por eso resulta curioso que si preguntas a un astrofísico o a un astrónomo aficionado qué tipo de objetos astronómicos son los más vistosos te llevarás una sorpresa: comprobarás que muchos de ellos responden que son las nebulosas planetarias. Y es que, desde luego, la variedad de formas, colores y estructuras que poseen estos objetos son de los más delicados del Cosmos.

Las nebulosas planetarias marcan el final de la vida de estrellas parecidas al Sol. Una vez que una estrella de baja masa quema todo el hidrógeno de su núcleo (convirtiéndolo en helio cumpliendo las reacciones termonucleares de fusión que suceden en los hornos estelares) las capas exteriores de la estrella se escapan al espacio. Esto forma una envoltura gaseosa que brilla con luz propia por la acción de la intensa radiación ultravioleta que recibe del núcleo desnudo de la estrella (una enana blanca). Las nebulosas planetarias solo viven por poco tiempo, pocos cientos de miles de años, un suspiro cuando se compara con las escalas astronómicas típicas en el Universo.

Las imágenes de las nebulosas planetarias deleitan a profanos y expertos. Y, en particular, supone un reto a los astrofísicos, que deben explicar las formas tan caprichosas y, en muchas ocasiones, altamente simétricas que poseen. Un buen ejemplo es la nebulosa planetaria IC 4406, apodada como la Nebulosa Retina. Se localiza en la constelación austral de Lupus (El Lobo Celeste), a una distancia de unos 1.900 años luz de nosotros. La imagen que mostramos aquí fue conseguida con datos del Telescopio Espacial Hubble (NASA/ESA) y revela la alta simetría que posee este objeto de apariencia rectangular. En efecto, si dividimos la nebulosa por la mitad, una parte sería justo el reflejo de la otra.

Observaciones realizadas con otros telescopios han permitido comprobar que la estructura que vemos en IC 4406 es algo parecido a un donut gigante que vemos proyectado sobre el cielo. Si pudiéramos estudiar la Nebulosa Retina en una dirección perpendicular (por ejemplo, como vemos la famosa nebulosa planetaria de la Lira, M 57) veríamos precisamente ese donut formado por gas que se expande por la acción de la estrella moribunda central. El gas dentro del donut es más caliente, por lo que la emisión del oxígeno dos veces ionizado (codificada en azul) es más brillante en su centro. Por otro lado, la partes externas del donut son más frías, y el gas nebular dominante es nitrógeno una vez ionizado (codificado en rojo en esta imagen). La emisión del hidrógeno una vez ionizado, predominante en toda la nebulosa menos en sus zonas más externas, está codificada en color verde. Lo peculiar de ver el donut de IC 4406 de perfil es que así podemos apreciar los sutiles detalles del polvo que está mezclado con el gas.

(*) El autor es astrofísico cordobés en Australian Astronomical Observatory y miembro de la Agrupación Astronómica de Córdoba.