El Caballo Rojo retoma su actividad de cara al público después de casi dos años de parón por la pandemia sanitaria derivada del covid. Y es que uno de los restaurantes más míticos, con mayor solera y que goza con el reconocimiento de cordobeses y foráneos, no había parado del todo su maquinaria porque en este tiempo ha seguido atendiendo bajo demanda eventos sociales como congresos, bodas o reuniones empresariales. «Pero nos faltaba estar de nuevo a pie de calle, abrir nuestra puerta y estar disponibles para quienes nos quieran visitar», asegura María Escribano, nieta de José García Marín, Pepe el del Caballo Rojo, y ahora gerente del establecimiento.

Durante la mañana de este viernes, el ambiente en el restaurante era diferente. En sala, todo estaba dispuesto; en el patio que hace las veces de recibidor, también. Antonio, uno de los camareros de sala desde 1991, apuntaba que «no son nervios, pero es algo especial. Parece que el covid va a dejar que la hostelería vuelva a su ser».

Por su parte, María Escribano manifestó que «volvemos con muchas ganas, con nuestros platos de siempre, con novedades y, sobre todo, con orgullo de mantener esta casa abierta». A partir de ahora, la tradición, con una clara apuesta por el producto local, y el mejor servicio, vuelven a estar a disposición de los cordobeses y de todo aquel que lo desee en El Caballo Rojo.