"Había muchísima niebla y se ha oído una explosión muy fuerte y la gente ha volado por los aires. Suerte que el tren iba como frenando, no iba rápido ni tan lleno como normalmente al ser puente, podía haber sido mucho peor. Pero la gente ha chocado con la de delante con la cabeza o con la cara. Como si fuera un latigazo del coche", relata María José Álvarez, una viajera que viajaba en uno de los trenes siniestrados.