"El teléfono daba apagado y llevábamos un par de días sin saber de él", recuerda Adriana. La alarma por su hermano se encendió pronto: "no había forma de contactar". Se llama Raúl Sanz, hoy tiene 39 años y desde hace casi 15 falta de su casa. "Desapareció con 24", lamenta Selina, su madre, "desde entonces no sé nada de él".