El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha comparecido hoy en el Congreso para explicar, a petición de los grupos, la tragedia en la valla de Melilla del pasado 24 de junio, cuando 23 migrantes, según las fuentes oficiales, y más de 70 según las cifras que manejan las ONG, murieron en el lado marroquí cuando intentaban alcanzar España.

El ministro ha eludido criticar la actuación de la policía marroquí y ha destacado la "violencia" con la que los migrantes encararon el asalto de la frontera con España en Melilla. El ministro ha insistido en que lo que sucedió "fue intento intolerable y violento" de entrada irregular de 1.700 inmigrantes, por lo que ha defendido el empleo "oportuno y proporcionado del material a su disposición, incluído el antidisturbios" de las fuerzas de seguridad.

"Es evidente que estamos hablando de un episodio de intento violento de entrada irregular que es injustificable", ha remarcado el ministro pero ha añadido que "un país democrático" en modo alguno "puede aceptar que su frontera y los agentes que la "custodian y protegen" se vean agredidos "con el lanzamiento de piedras, palos e incluso artefactos incendiarios caseros" protagonizado por 1.700 personas.

Durante su intervención inicial de veinte minutos ante el pleno, el titular de Interior ha explicado que 55 guardias civiles resultaron heridos y hubo daños en siete vehículos y equipamientos.