Por el lado del Gobierno, cuatro ministros, encabezados por Félix Bolaños. Esperan a la delegación catalana en un ambiente relajado mientras los consellers llegan bastante más serios, encabezados por la de Presidencia, Marta Vilagrá. Un paseo en parejas por las calles de La Moncloa termina por hacer fluir unas conversaciones que quedaron congeladas en enero por el espionaje de Pegasus y las propias diferencias en el seno del gobierno catalán. Ahora de esta mesa salen dos acuerdos. El primero, para sacar los conflictos políticos de los juzgados, aunque se mantienen las diferencias. El Gobierno español aparca la reforma del delito de sedición por falta de mayorías. El catalán no renuncia a la autodeterminación. El segundo acuerdo es para blindar el catalán. El Gobierno apoya la ley aprobada con amplia mayoría en el Parlament, que sortea la imposición de porcentajes para el castellano.