Se hacen cientos de miles a la semana en Europa. Los autotest de antígenos se han convertido en una de las principales herramientas de rastreo de síntomas y brotes de coronavirus. Una prueba rápida y sencilla en el propio domicilio que, sin embargo, no está al alcance de todos los bolsillos. Con el nuevo tope de precio, España se acerca a algunos de los principales países de su entorno que ya los habían limitado, como Alemania o Portugal, pero todavía está lejos de otros como Reino Unido y Austria donde se ofrecen gratuitamente. Entre los que no han regulado aún su coste máximo están Italia, Bélgica, Países Bajos, Irlanda, Grecia y Suiza. Con precios que oscilan entre los 2,7 y hasta 20 euros por unidad. La diferencia con nuestro país llega en su canal de venta, aquí solo en farmacias, al contrario que la gran mayoría de la Unión donde sí se permite su adquisición en supermercados. Así ocurre en Portugal, también en Alemania o en Francia, donde se ofrece a los vacunados la posibilidad de adquirirlos gratuitamente. El pasado 27 de diciembre, la Comisión Europea compró un nuevo lote de hasta 20 millones de tests rápidos como refuerzo para sus países miembro.