Gritos de desesperación y dolor en un centro de refugiados palestinos en Jan Yunis. Entre las columnas de fuego y humo, mujeres y niños heridos que los supervivientes llevan en brazos. Bajo los cascotes, restos humanos que son tapados con mantas. Hay al menos 20 personas muerta, familias enteras golpeadas por el enésimo ataque israelí sobre un centro de refugiados en Gaza. El Ejército de Netanyahu justifica estos bombardeos porque, asegura, en estos lugares se esconden los terroristas de Hamás que utilizan a la población civil como escudos humanos. Hamás lo niega.
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