Pidieron a gritos la apertura de fronteras para escapar del horror. Han pasado 13 largos años y hoy ven cumplido su sueño. Pero no todos están ansiosos de regresar, no al menos de inmediato. Taufik, uno de los pocos sirios afincados en nuestro país, en Sevilla, no se plantea volver al hogar. La pesadilla de volver a cruzar la frontera y ser detenido ya no existe, pero hay otros miedos y el regreso se convierte en desafío. Muchos dicen que sus casas ya no existen y no habrá trabajo. En Turquía, donde viven tres millones de refugiados sirios, calculan que por esa frontera cruzarán 15.000 personas al día. Han sido advertidos por el Gobierno de Ankara de que si se van, no podrán volver, y han de renunciar a su permiso de residencia en suelo turco. 11 países europeos -entre ellos Alemania y Francia- se han apresurado a revisar sus políticas de asilo, han paralizado las solicitudes en curso y no aceptarán nuevas. No es el caso de España. Austria da un paso más y comenzará un proceso de repatriación y deportación.
Siria