En un vehículo llegaba Michel Barnier al Eliseo donde esta mañana presentaba su dimisión tan solo tres meses después de su llegada al poder. Ya es el primer ministro más breve de la V República francesa tras la moción de censura presentada por la izquierda y apoyada por la extrema derecha. “Llegué, vi y fui. Despedido. La debacle”, titulan hoy algunos periódicos. Ahora el presidente Macron -que se dirige esta noche al país- debe nombrar a un nuevo primer ministro. Un candidato de consenso para no verse abocado de nuevo al fracaso. No lo tiene nada fácil con un Parlamento fragmentado.
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