Desde la cámara del dron estadounidense se ve aproximarse al caza ruso que dispara combustible a propulsión con la clara intención de dañar el aparato, parece, pero no lo consigue. En la siguiente pasada, el caza ruso contraataca con una maniobra similar y esta vez la grabación se interrumpe. No aclara si hubo o no impacto, como acusa el Pentágono, pero cuando se reinicia, se aprecia el desperfecto en una de sus hélices que podría deberse, según los expertos, al simple peso del combustible. Una vez dañado, los miltares estadounidense optan por hundirlo en el Mar Negro. A unos 1.500 metros de profundidad de esas aguas proximas a Crimea, Rusia se apresura a rescatar el dron estadounidense. Tropas rusas podrían encontrarse ya en la zona del hundimiento, aunque el Péntagono asegura que toda la información que guarda el aparato ha sido pertinentemente borrada.