Los ucranianos no dan ningún valor a la palabra de Rusia y siguen contraatacando. Sobre todo en la periferia de Kiev, Allí el Kremlin ha seguido arrojando bombas en las últimas horas a pesar de su promesa de reducir drásticamente la actividad militar. Es cierto que se ha visto movimiento de tropas y tanques en retirada. Pero tanto Ucrania como Estados Unidos creen que es un simple reagrupamiento de fuerzas táctico. De hecho, los aviones y la artillería siguen bombardeando sin pausa decenas de ciudades como Chernígov, en la que supuestamente también debería haber una tregua. Los cadáveres siguen amontonándose en calles y carreteras. Y los civiles huyendo por millares cada hora de sus casas. Lo que sí ha cumplido Putin es su anuncio de intensificar la campaña en el Donbás, la zona separatista del este en guerra civil desde hace ocho años. Allí se encuentra el presidente de la región rusa de Chechenia, Ramzán Kadyrov, famoso por violar todo tipo de derechos humanos. Putin lo acaba de nombrar teniente general a cargo de la invasión de Ucrania. Con un objetivo prioritario: aplastar Mariúpol.