Las llamas consumen el centro comercial bombardeado en varias ocasiones. A la carrera, los bomberos se adentran en el caos. Apartan los cascotes bajo los que aparecen unas manos temblorosas que aún agarran con fuerza. Ese joven ucraniano es uno de los heridos. Se cuentan por decenas. El ataque contra el centro comercial ha dejado 8 muertos y una destrucción que vista así, a 360 grados, expone con toda su crudeza la violenta escalada rusa contra la capital. El Ejército de Putin está violando las leyes de la guerra, atacando deliberadamente a los civiles, sometiéndolos a ataques indiscriminados. A vista de dron el centro comercial es un páramo lleno de cascotes. De coches pulverizados por unas bombas que han dejado un enorme cráter. Junto a el que era el lugar de trabajo de su hijo, Valentina llora. Sus lágrimas de impotencia resumen el resultado que produce en los civiles tanta carnicería.