Una filtración, sin precedentes, de vídeos y fotos, desvela torturas salvajes y violaciones en las cárceles rusas. Más de 40 gigas de información, y de imágenes muy duras, que demuestran años de abusos sufridos por los presos a manos de los guardias de seguridad. Una ONG, compartía las grabaciones a través de una página web que ya ha sido bloqueada por las autoridades del país. Horas después del escándalo, llegaban las primeras dimisiones.