Al menos 72 personas han muerto y más de un millar han sido detenidas en la ola de violencia que se extiende por Sudáfrica tras la detención del expresidente Jacob Zuma.

A sus 79 años, Zuma fue sentenciado el mes pasado por desafiar una orden de la corte constitucional de declarar en una investigación sobre corrupción durante sus nueve años en el cargo hasta 2018.

La violencia empeoró cuando Zuma impugnó su condena de 15 meses de cárcel hace unos días.

Una ira generalizada se extiende por todo el país ante las dificultades y la desigualdad que existe 27 años después del fin del apartheid. 

Hay saqueos constantes en tiendas, almacenes y supermercados, esto es en Durban, una de las terminales de envío más concurridas del continente africano, centro de importación y exportación.

Completamente arrasados. Así han quedado algunos centros comerciales tras ser saqueados e incendiados. Diez personas habrían perdido la vida en la estampida que se produjo en uno de ellos. Lo que comenzó como una ola de protestas se ha convertido en un vandalismo sin precedentes.

Se ha sacado el Ejército a la calle para tratar de contener los disturbios. Esto son imágenes aéreas del canal local donde puede verse el humo negro saliendo de varios almacenes de Durban.

La moneda local, el rand, se ha depreciado a mínimos después de haber sido una de las monedas de mercados emergentes con mejor trayectoria durante la pandemia.

El expresidente Zuma,

 Ahora preocupa el suministro de alimentos y combustible en algunas partes de Sudáfrica, debido a los disturbios y saqueos que han detenido las exportaciones, han dañado las cosechas y han obligado a los comercios a permanecer cerrados.