Ya es oficial, por primera vez en 60 años el secretario general del Partido Comunista de Cuba, el único partido legal en la isla, no estará comandado por un Castro.

El actual presidente Miguel Díaz-Canel recibía así el testigo de manos de Raúl Castro. El cargo más poderoso del país queda ahora bajo el control de una generación nacida después de la revolución, de la que se esperan reformas debido a la pandemia y a las nuevas sanciones estadounidenses. No obstante, durante su discurso oficial, Díaz Canel, ha señalado como prioridad garantizar la continuidad del sistema socialista de partido único y la economía centralizada. También ha adelantado que seguirá aplicando las reformas económicas que el propio Castro inició hace más de una década y que contemplan pequeñas aperturas a la iniciativa privada en sectores no estratégicos, manteniendo el monopolio del Estado sobre la producción, el comercio, la educación, la salud y la comunicación.