La vida sigue muy cara pese a la moderación de precios de agosto. Solo en el surtidor encontramos cierto alivio con los carburantes que han bajado algo. Pero el resto sigue intratable. En especial los precios de la electricidad. La cesta de la compra es otro de los quebraderos de cabeza. Con consecuencias lamentables para los más vulnerables. En agosto también se ha notado la subida de todo lo relacionado con el turismo y la restauración, pese a que el sector asegura que no se está repercutiendo todo. Sí anuncian aumentos a corto plazo, por ejemplo, en el menú del día. Y esa tendencia al alza es la que marca la inflación subyacente que sube 3 décimas y muestra cómo la subida de precios ya se filtra a toda la actividad económica.