La excepción ibérica, vigente desde el pasado 15 de junio, no ha impedido que el precio de la electricidad siga desbocado, De hecho, desde su implantación, el precio del megavatio se ha disparado un 80%. La culpa de esta escalada la tiene el gas: su precio no para de subir y más estos días tras el anuncio de Gazprom de cortar a partir del 31 de agosto y durante tres días el bombeo de gas a Alemania. Por eso, el mecanismo que el Gobierno consiguió implantar para poner un tope al precio del gas ha impedido que el precio del megavatio subirá todavía más. Sin él, mañana pagaríamos la luz a casi 500 euros. En Europa de hecho, la situación es mucho peor: Francia y Alemania pagan más de 600 euros. Y en Italia, más de 700.