Carlos Sainz ha vivido una primera semana del Dakar subido en una montaña rusa, que al final le ha retrasado de la lucha por las primeras posiciones de la general. La victoria en la etapa tres, la primera del nuevo Audi RS Q e-tron, fue el punto más positivo, que a la hora de analizar hay que combinarlo con las dos horas que perdió en la primera etapa por la navegación y los problemas de fiabilidad en las suspensiones que le retrasaron ya definitivamente en la etapa cinco y seis.