La tecnología está cada vez más presente en nuestra casa: electrodomésticos programables, domótica, frigoríficos que se conectan a Internet y robots que se pasan el día limpiando para dejar la casa como los chorros del oro. Otro de los grandes avances que cada vez está más presentes en los hogares españoles es el de los asistentes virtuales: un dispositivo con el que se interactúa mediante la voz y al que se le puede pedir desde un resumen de las noticias hasta música. Los asistentes más conocidos del mercado son Alexa, la marca de Amazon; pero también hay otros como el Google Assistant o Siri.
Algunas personas ya están acostumbradas a vivir con el asistente virtual que ya se les hace prácticamente imposible estar en casa sin él. Se trata de una herramienta especialmente útil cuando estamos trabajando, cocinando o limpiando: cualquier actividad que nos impidiera interactuar con el teléfono, no el altavoz con nuestras propias manos y que, gracias a los aparatos como Alexa, podemos hacer tan solo con nuestra propia voz.
La OCU avisa sobre el riesgo de Alexa y los asistentes virtuales
La Organización de Consumidores Usuarios ha emitido un aviso sobre un riesgo que hasta ahora ha pasado prácticamente desapercibido en el uso de los asistentes virtuales. Tener un Alexa o Siri conectado en casa tiene un sin fin de ventajas, pero también hay que tener en cuenta los pormenores que muchas veces no se cuentan.
Aunque se trata de dispositivos muy eficaces a la hora de responder a las consultas de sus dueños, parece ser que no son tan óptimos en cuanto a ahorrar se refiere. Y es que, la OCU ha emitido un aviso sobre cuáles pueden ser las repercusiones de tener uno de estos asistentes en la factura mensual de la electricidad.
Según los datos de la OCU, tener a Alexa conectado en casa puede suponer un consumo 'fantasma' y constante de energía, aunque no lo estemos utilizando. Ahora que ya hay referencias con las que elaborar una estadística, la entidad ha concluido que los asistentes virtuales llegan a ocupar el segundo puesto en el ranking de consumo eléctrico con 26 kWh anuales, solo detrás de la caldera, que consume 27.
La OCU ha traducido este gasto energético de los asistentes virtuales que, para ser eficaces, deben estar 'escuchando' durante todo el día, en unos 24 euros anuales.