Cada vez existe una mayor preocupación por la alimentación de los niños. Y es que sabemos que los alimentos que tomamos en nuestro día a día afectan a nuestro cuerpo, con lo que los más pequeños de la casa no están exentos de esto. De hecho, una correcta alimentación desde la infancia puede ayudarles en el crecimiento, a prevenir enfermedades e incluso a controlar la obesidad. Cuando hablamos de comer bien nos referimos a una dieta a base de frutas y verduras, además de cereales y carnes, todo ello tomándose en su justa medida. Es por esto por lo que, los llamados superalimentos, pueden ser claves en la alimentación de nuestros hijos.

¿Por qué incorporar los superalimentos a la dieta de los niños?

Existen varios motivos por los que incorporar los superalimentos a la dieta diaria de los más pequeños es de gran utilidad. Por un lado aportan una gran cantidad de nutrientes, ya que son alimentos ricos en minerales, antioxidantes y vitaminas. Ayudan en la salud del cuerpo, previniendo enfermedades. También son alimentos naturales y cuyo efecto se nota rápidamente.

Cinco superalimentos para los niños

Quinoa

Tiene una gran cantidad de proteínas, además de hierro, fósforo, calcio, potasio e hidratos de carbono. Tampoco contiene gluten, con lo que es ideal para personas celíacas, aunque lo deben de consumir todo tipo de personas. También ayuda a combatir el cansancio y se pueden hacer multitud de recetas con él.

Chía

Se trata de pequeñas semillas que se han vuelto muy populares en los últimos años. Son ricas en fibra y Omega 3. Entre sus cualidades se incluye aumentar la energía y estabilizar el azúcar en la sangre.

Arándanos

Los arándanos son unas frutas muy pequeñas y divertidas para los niños. Funcionan como antiinflamatorio y antioxidante, además de que son fáciles de incluir en la dieta diaria. Se recomiendan también para prevenir infecciones urinarias.

Huevos

Por sorprendente que parezca el huevo es otro superalimento, ya que es muy rico en proteínas y aporta aminoácidos esenciales.

Calabaza

En este caso ayuda a proteger el estado de la piel y los tejidos, además de cuidar el funcionamiento de las defensas de nuestro cuerpo.