La pandemia del covid-19 ha producido un cambio radical en cuanto a la salud se refiere a nivel mundial. Las muertes ocurridas durante el coronavirus no solo han cambiado los modos de relacionarse, sino también los hábitos de trabajo y la salud.

La pandemia del covid-19 es un problema social y especialmente de salud cuya aparición ha permitido destacar la circulación de otras epidemias concurrentes que están afectando a la población y la crisis socioeconómica y estructural presente en distintos países. Su atención está básicamente orientada a contrarrestar la enfermedad, mediante medidas de intervención a nivel comunitario para disminuir la propagación del virus y prevenir nuevos contagios. Este contexto, permite plantear la promoción de salud como fundamento para repensar los procesos de educación de la población para la valoración de su salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como “un estado de completo bienestar, físico, mental y social”. Es por eso por lo que más que de una vida sana es más correcto referirse a un estilo de vida saludable.

Comer mal está relacionado con 11 millones de muertes en el mundo a lo largo de todo el año

La OMS, en la 9ª Conferencia Mundial de la Salud, que tuvo lugar en Shanghái (China) en 2016, tuvo por título ‘Promoción de la Salud en los ODS: Salud para todos y todos para la salud’. Las líneas de acción que se propusieron no sólo se ceñían a las actitudes individuales, sino que subrayaban la responsabilidad de las instituciones locales, nacionales y globales a la hora de desarrollar políticas que contribuyan a mejorar la salud de todos los ciudadanos. Los ámbitos de intervención se centraban en la importancia de favorecer una buena gobernanza, en el desarrollo de entornos saludables (especialmente en el ámbito urbano) y en educar a la población sobre salud, enfermedad y cuidado de uno mismo.

La OMS resalta la importancia de incluir proteínas, frutas, verduras y grasas saludables

Comer mal, sea por poco de algunos alimentos o por mucho de otros, está relacionado con 11 millones de muertes en el mundo al año, según un estudio publicado en The Lancet. Esta cifra representa prácticamente una quinta parte de los 57 millones de fallecimientos que ocurren en el planeta anualmente y es superior a las defunciones atribuidas al tabaco (7 millones, según la Organización Mundial de la Salud, OMS), el cáncer (8,2 millones), los infartos (5,5 millones) y la obesidad (2,8 millones). Estos 11 millones se distribuyen entre muertes por enfermedades cardiovasculares (10 millones), cánceres relacionados con la alimentación como los de colon (900.000) y diabetes (300.000). El trabajo se basa en la recogida de datos sobre la ingesta de 15 nutrientes en 195 países. En concreto se estableció que es mala una dieta baja en frutas, vegetales, legumbres, granos integrales, nueces y semillas, leche, fibra, calcio, ácidos grasos omega-3 de alimentos marinos, grasas poliinsaturadas o alta en carne roja, carne procesada, bebidas azucaradas, grasas trans y sodio.

La propia OMS aconseja y destaca lo importante que es incluir diariamente proteínas, frutas, verduras, grasas saludables, etc. En este tema, su profesional en nutrición podrá ayudarle a llevar una alimentación de una forma segura y responsable.