La Sociedad Española de Hipertensión ha advertido de que se calcula que en España hay 14 millones de hipertensos de los que solo están diagnosticados un 60 por ciento, ya que se trata de una enfermedad silente, quedando hasta un 40 por ciento sin identificar.

En este sentido, el presidente de esta sociedad, el doctor José Antonio García Donaire, ha explicado la importancia de una toma correcta de la presión arterial por parte del paciente para el tratamiento y prevención de su riesgo cardiovascular. "La presión arterial óptima es 14/9 (140/90), y la tensión hay que tomársela tres veces seguidas (consecutivas), con un minuto de intervalo entre cada medida, es lo que se conoce como la triple toma", informa.

La triple toma, continúa, no es una vez por la mañana, otra por la tarde y la última por la noche. "Se puede realizar en cualquier momento a lo largo del día, de manera regular y se deben tomar tres mediciones consecutiva", precisa. Añade que "no hay que tener en cuenta la primera medida, que no nos sirve y, entre la segunda y la tercera, realizamos una media entre las dos tensiones obtenidas. Hay tantísimos factores que influyen en una toma de tensión que, para realizarla mal, es mejor no hacerla. Un paciente se puede asustar de una medición mal hecha y eso no sería conveniente para su salud", asevera.

Desde la Sociedad Española de Hipertensión se aconseja medirse la tensión en casa de forma regular en un ambiente tranquilo con temperatura adecuada y con la vejiga vacía, así como no haber hecho ejercicio físico y no haber comido ni consumido alcohol, café y tabaco 30 minutos antes. Se recomienda también adoptar una postura correcta (sentado, sin tener las piernas cruzadas y el brazo apoyado).

Tampoco se recomienda tomarse la tensión si se está cansado, estresado o enfadado, porque en estas situaciones la posibilidad de lectura elevada es muy alta. "Esta es una ocasión para identificar el 40 por ciento de los hipertensos no diagnosticados y tratarlos adecuadamente", señala el doctor García Donaire.

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Por otro lado, el presidente de la Sociedad Española de Hipertensión aboga por poner al paciente hipertenso en el centro. "En cualquier patología moderna, aún más en la hipertensión arterial, el paciente debe ser protagonista en el tratamiento de su enfermedad. No es cuestión de realizar una consulta, revisar unos datos y decirle adiós. Yo no trato una analítica, yo trato personas. Yo necesito saber qué opina el paciente, cómo se siente, cómo duerme, si tiene algún problema familiar, en qué barrio vive, cuál es su situación económica", explica el doctor.

"Es decir, sobre la salud de una persona no actúan únicamente una analítica y unos síntomas que de repente aparecen, pues esto viene con unos antecedentes médicos, sociológicos, familiares que desarrollan una patología y los médicos estamos aquí para acompañarles a lo largo de la enfermedad y mejorar su pronóstico, que tenga más años de vida y mejor calidad", concluye.