Los gatos cuentan con un sistema táctil extra que les permite guiarse en la oscuridad o saber si un sitio estrecho es demasiado pequeño para ellos. Se trata de un sistema extraordinario que los felinos han desarrollado y perfeccionado durante milenios y que no tiene nada que ver con su famoso sexto sentido. Todo lo contrario, es algo que está muy a la vista y que es, precisamente, una de las características más importantes y singulares de su fisonomía: los bigotes.

Para qué sirven los bigotes de los gatos es una pregunta común, sobre todo entre aquellos que nunca han compartido su vida con este animal de compañía. Hay quien cree incluso que los bigotes de los gatos son meramente decorativos y que no sirven para nada, pero todo lo contrario: sirven; y mucho.

El importante papel de los bigotes de los gatos

Los bigotes de los gatos son los instrumentos a través de los que el felino "toca el mundo" que le rodea. Cada pelo, denominados vibrisas y situados sobre todo de manera simétrica en torno a los bigotes, encima de los ojos y dentrás de las patas delanteras, les permiten detectar cambios imperceptibles en su entorno pero que les resultan de gran valor y ayuda porque, en ocasiones y sobre todo en estado salvaje, puede salvarles la vida.

Y es que gracias a las vibrisas o bigotes del gato, estos reciben una valiosa y útil información táctil en su cerebro que les permite interpretar a la perfección todo lo que les rodea. Así, con el roce de los bigotes del gato, que actúan como una especie de palanca, los felinos son capaces de saber el tamaño y las dimensiones de un espacio y, por tanto, saber si es muy estrecho para él o no, e incluso detectar cambios en las corrientes de aire, algo que puede facilitarles huir de un depredador antes de verse sorprendidos por éste.

Todo esto es así debido a que en la base de cada bigote del gato hay un folículo repleto de terminaciones nerviosas que transmiten información táctil al cerebro del felino. En total, tienen entre 8 y 12 bigotes móviles a cada lado de la nariz, además de los de las cejas y las patas delanteras.

Pero los bigotes de los gatos no les sirven sólo para interpretar su entorno y actuar a modo de sistema táctil extra, sino que también ejercen una función comunicativa. Y es que, según cómo desplieguen sus bigotes, los gatos nos dicen cuál es su estado de ánimo.

Cuando tienen los bigotes retraídos hacia atrás y pegados a la cara, el animal está asustado y muy posiblemente pendiente de una situación que él ve como una amenaza. Por contra, cuando los bigotes de los gatos están extendidos y en forma de abanico en torno al morro, indica que el felino está relajado y en un ambiente tranquilo.

Así las cosas, queda claro que los bigotes de los gatos son una excelente herramienta para estos animales a la hora de interpretar el mundo que les rodea. De ahí que esté absolutamente prohibido cortárselos.