Kate Middleton toma la decisión más difícil sobre su familia: "No puedo esperar"

Más allá de las enfermedades que han golpeado recientemente al núcleo más cercano de Kate Middleton y de las amenazas que se han cernido sobre la estabilidad de su familia, uno de los frentes más duros que la princesa de Gales ha tenido que manejar sigue siendo el conflicto con el hermano de su esposo: el príncipe Harry, y su familia. Una herida abierta que lejos de cerrarse con el paso del tiempo ha crecido en silencio, sin contacto, sin visitas y lo que es más sorprendente, sin siquiera una videollamada entre los pequeños.

Con el reciente cumpleaños de Lilibet ( hija de Harry y Meghan Markle) ha salido a la luz una realidad que muchos sospechaban pero que nadie había confirmado hasta ahora: ni Kate Middleton, ni el príncipe Guillermo, ni siquiera el rey Carlos III han llegado a conocer en persona a la pequeña. Y según han confirmado medios británicos como The Mirror, tampoco lo han hecho de forma virtual. Cuatro años han pasado desde su nacimiento en California y la distancia no ha hecho más que consolidarse.

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El pasado día cuatro de junio mientras Meghan compartía una emotiva fotografía con su hija junto a unas palabras de amor en Montecito (“hace cuatro años llegó a nuestras vidas y cada día tiene más luz y es mejor gracias a eso”), en Kensington Palace se estaba viviendo un día complicado. Según fuentes cercanas la fecha despertó sentimientos encontrados en Kate Middleton que lejada de los Sussex desde hace años y sin haber conocido aún a sus sobrinos, la princesa tomó una decisión que ha sorprendido a muchos: romper el silencio.

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“No puedo esperar a conocerla, porque todavía no la hemos conocido, así que espero que sea pronto”, ha declarado Kate desde el Palacio. No hay dobles lecturas. En medio de tensiones, diagnósticos médicos y distancias personales, ha dado el paso de expresar públicamente su deseo de acercarse a la hija de Meghan y Harry. Se trata del primer gesto claro y directo por parte de la familia de Guillermo hacia los duques de Sussex en mucho tiempo.

Este anhelo, expresado con una frase sencilla, tiene un peso simbólico mayor del que parece. Lilibet nació en honor a la reina Isabel II, pero su llegada coincidió con un momento crítico en la Casa Real británica. La mudanza de los duques a Estados Unidos, las entrevistas explosivas y el progresivo distanciamiento han hecho imposible cualquier tipo de encuentro familiar desde entonces. No es casualidad que la niña no haya pisado nunca suelo británico.

Fuentes del Palacio de Kensington no han querido añadir más comentarios, pero el mensaje de Kate ya ha circulado por toda la prensa del Reino Unido.