La periodista y escritora experta en la familia real cree que Felipe VI puede afianzarse en el trono al situarse al margen de su padre siendo más austero y más transparente

La autora de una audaz biografía sobre Juan Carlos (‘Yo, el rey’, La esfera de los Libros 2020) vincula el comportamiento del rey emérito a razones psicológicas que hunden sus raíces en la infancia del monarca

- ¿Cree que regularizar su situación con Hacienda es el paso previo para poder volver a España?

La información que tengo es que el rey no va a volver. Desde que se fue de España en agosto él sabía que su salida del país era para siempre. Moncloa y la Casa Real gestionaron su salida y su destino las Navidades pasadas. Primero se intentó que fuera a Portugal, pero las autoridades portuguesas dijeron que no, que era muy complicado, y al final se optó por Abu Dabi.

- ¿Cómo se vive esta crisis en el Palacio de la Zarzuela?

La Casa Real no sabe muy bien cómo encararla. Han ido dando bandazos. ¿Cómo se puede enviar una felicitación de Navidad de Juan Carlos y Sofía como si no pasara nada cuando sabemos que desde 1968 están separados? Es un acto muy torpe. En estos momentos están intentando revalorizar el papel de Leonor, dar importancia a la heredera, y que el perfil de Felipe y Letizia sea el más bajo posible. Ya veremos.

-Cuenta en su último libro que las actividades opacas del rey emérito no datan de hace cuatro días.

No. Cuando a Don Juan Carlos le hablaban de los tejemanejes de Urdangarín decía que era exagerado, que no sería para tanto. Creo que él de lo suyo piensa exactamente lo mismo. No cree que haber actuado mal. Además, la gente se partía el alma por estar al lado de los Reyes, por invitarles a cazar, a sus casas. Les ofrecían regalos fabulosos. En una ocasión un ministro le sugirió ingenuamente que tendrían que declararse a Patrimonio y el rey dijo que ni de coña.

-¿El rey estuvo protegido?

Totalmente. Ha contado con la complicidad de mucha gente, empezando por los periodistas. Recuerdo que durante los Juegos Olímpicos el rey estaba en un comedor privado de un famoso restaurante de Barcelona. Lo vi con una señora que yo conocía cogidos de la mano, ella me saludó tranquilamente y el rey no le soltó la mano porque sabía que no iba a poder publicarlo. Nada le era reprochado.De ahí esa impunidad y esa forma de actuar.

-Dice que después del 23-F Juan Carlos decidió que quería hacer su vida.

Durante la intentona golpista tuvo un papel importantísimo pero al día siguiente reunió a los líderes políticos y les dijo: Bueno, yo ya me he cansado, ya está. Ya os he sacado las castañas del fuego, ahora os toca a vosotros y a mi dejadme hacer mi vida. Al cabo de un año Felipe González ganó las elecciones y se diseñó una estrategia para la familia real. Habló con los directores de los periódicos para que no se tratara la vida privada de los Reyes y que cuando hubiera un acto en presencia del rey no fuera nadie a opacarle.

-¿Los últimos escándalos tiran por el sumidero su legado?

Sí. Aunque es cierto que es un comportamiento que no es nuevo. No se puede circunscribir a estos últimos años. El rey ha sido rey sin dejar de ser hombre y creo que este ha sido su gran pecado. Hay razones psicológicas para haber actuado de esta manera que hunden sus raíces en la infancia. La suya fue tan dura y peculiar que lo ha convertido en lo que es. Ahora estamos en un momento muy especial.

-¿En qué momento estamos?

Esto en el fondo le viene bien a mucha gente. Le va bien a Pedro Sánchez, que puede jugar el papel moderado ante sus socios de gobierno, a Podemos, para agitar el avispero, e incluso a Felipe VI, porque es un poco su 23-F. El rey ha podido afianzarse situándose públicamente al margen de su padre, diciendo que será más austero, más transparente y que tendrá otra forma de reinar.

- ¿Qué relación tiene ahora don Juan Carlos con su hijo Felipe?

Ninguna. La relación humana está rota. El rey Felipe ha tomado la determinación de separarse de su padre desentendiéndose de todas sus actividades económicas. Cuando se fue en agosto le contestó diciendo respeto tu decisión y la agradezco. ¿Qué se agradecen? Los favores, ¿no? Es decir que irse de España era un favor que el emérito le estaba haciendo a su hijo. Desde entonces no se hablan.

- ¿Qué pasaría si Juan Carlos muriera en el extranjero?

-Este es un tema que nadie se atreve a tocar pero el operativo de los entierros de los Reyes está diseñado con mucha antelación. Estoy segura de que el rey tenía organizado cómo se iba a hacer en España, pero las cosas han cambiado.

Sería curioso que el padre de Don Juan Carlos, que no reinó un solo día, fuera enterrado con honores de rey y sin embargo Juan Carlos, que fue rey durante 40 años, no sepa cómo se le va a enterrar.