Toda una generación de españoles y latinoamericanos conoce de memoria -o puede tararear, aunque sea vagamente- Esta cobardía, la canción más famosa de la etapa en que Antonio Cortés Pantoja, Chiquetete, dio un giro a su carrera de cantaor y se adentró en el mundo de la balada romántica, con influencia flamenca, eso sí. Toda una generación de españoles -esta parte es menos conocida en Latinoamérica- probablemente puede recitar los nombres de sus tres mujeres y glosar con más o menos acierto los escándalos que sacudieron su vida personal.

Todos habrían de ser conscientes de que el hombre que murió la madrugada de ayer en Sevilla, víctima de un ataque al corazón, era un grande a la altura de los más grandes, un cantaor con un estilo personal y una voz inconfundible que deja 25 discos a sus espaldas y unas cifras de ventas expresivas de lo que todo artista busca con empeño: el cariño del público.

Esta cobardía -escrita por Francisco Martínez Moncada y Paco Cepero- no es solo la canción más famosa de una etapa: es un absoluto, sin duda el tema de Chiquetete con más eco, la cima de su etapa de baladista, la que le permitió trascender fronteras. La nota al pie dice que llevó por primera vez el nombre de un cantaor a lo más alto de la lista de los 40 principales, pero hay que desconfiar de ese aroma a anécdota: la canción versionada hasta el cansancio -hasta Julio Iglesias cayó en la tentación- es el símbolo de una época especialmente brillante en la trayectoria del cantaor gaditano, la época en que más amplió las fronteras de su fama y, de paso, el tamaño de su billetera.

Antes de Eres mía, el disco editado en 1984 que contenía la canción de marras, había obtenido dos discos de platino, uno con Aprende a soñar, en 1982, y el segundo, con Ser amante, un año después (donde figura otro gran éxito del cantaor, la también muy versionada Volveré). Eres mía siguió la estela y fue Disco de Oro en 1985.

FLAMENCO DE PURA CEPA / Era un flamenco de pura cepa, nacido en Algeciras pero criado en el barrio de Triana, en Sevilla, donde la casualidad quiso que viviera en la misma calle que Lole y Manuel. El mote artístico, Chiquetete, lo heredó de su tío Juan Pantoja Cortés, El Chiquetete de Jerez, padre de Isabel Pantoja (hubo un tiempo, cuando los dos primos compartían tablao flamenco en Mallorca, en que la reina de la copla era la prima de Chiquetete y poco más).

Precoz como tantos cantaores, Cortés Pantoja inició su vida artística a los 12 años en el conjunto Los Algecireños -luego Los Gitanillos del Tardón-, y solo vino a empezar su carrera en solitario bien avanzada su tercera década de vida, tras ganar, en 1976, el Premio Mairena de Alcor. Como todos los cantaores que han llevado el flamenco por derroteros menos ortodoxos, ese salto a la balada aflamencada en los 80 no estuvo exento de críticas. Como artista de sevillanas también deja un legado, representado en temas como A la puerta de Toledo.

CORAZÓN DELICADO / Chiquetete, de 70 años, falleció en la clínica de Fátima de Sevilla, donde estaba ingresado por una operación de cadera que se complicó con un problema coronario. Han lamentado su muerte desde compañeros de profesión hasta políticos, pasando por el Instituto Andaluz del Flamenco. Su directora, María Ángeles Carrasco, destacó «el legado imperecedero» del artista y «sus importantes aportaciones» a la cultura del flamenco. «Aunque muy conocido por su interpretación de la copla, la canción flamenca, las rumbas y las sevillanas, Chiquetete se inició en las raíces de lo jondo», subrayó. El cuerpo del artista fue velado desde primera hora del día en el tanatorio de la SE-30, donde se acercaron personalidades y colegas como María del Monte, Alba Molina o Pepe el Marismeño. Las máximas autoridades andaluzas, con la presidenta Susana Díaz a la cabeza, lamentaron ayer su muerte. El funeral tendrá lugar hoy a mediodía en la Iglesia de los Gitanos de Sevilla.