La culpa de Bertolucci
3 La charla donde el director italiano relata la ‘violación’ de Maria Schneider se viraliza

La culpa de Bertolucci
MADRID
«No quería que Maria fingiera su humillación. Quería que Maria se sintiera de verdad violada, que no actuara, para que sus gritos y su llanto transmitieran al espectador una sensación verídica de rabia. Por eso [ella] me ha odiado toda la vida». Hace tres años, Bernardo Bertolucci, el aclamado director de Novecento y de El último emperador, se atrevió a explicar en público, durante una conferencia en la Cinemateca de París, cómo él y Marlon Brando planearon engañar a la jovencísima actriz Maria Schneider para sodomizarla -fingidamente, por supuesto- sin su consentimiento durante la famosa escena de la mantequilla de El último tango en París (1972).
El vídeo en el que Bertolucci hace esta declaración ha incendiado las redes estos últimos días, tras ser recuperado por el portal feminista El mundo de Alicia coincidiendo con el Día Internacional contra la Violencia de Género, el pasado viernes.
La cinta muestra cómo el aclamado director habla tranquilamente de lo sucedido en aquel rodaje: un engaño que persiguió a Schneider durante toda una vida de drogas, intentos de suicidio y entradas y salidas en centros psiquiátricos hasta su muerte, a los 58 años, a causa de un cáncer de pulmón, el 3 de febrero del 2011. Cuando el cineasta italiano hizo su confesión, Schneider ya llevaba dos años enterrada y habían pasado 42 del estreno de la mítica película que llevó a muchos españoles a cruzar los Pirineos.
«Me porté de una manera horrible con Maria [que entonces tenía 19 años] porque no le dije lo que iba a pasar -relataba Bertolucci-. Porque quería su reacción como niña, no como actriz. Quería que reaccionara al acto de humillación, que sintiera los gritos: ¡No, no!» «Creo que ella me odió a mí, e incluso a Marlon, porque no le contamos el detalle del uso de la mantequilla como lubricante», rememoraba. El realizador añadió que, hoy, su conducta sería moralmente inaceptable, pero que eran otros tiempos.
Sin embargo, y a pesar de reconocer que se sentía «culpable», Bertolucci admitió fríamente ante el presentador que no se había arrepentido de lo ocurrido. «Para hacer películas, a veces tenemos que ser completamente fríos», justificó.
Hace tres años, publicaciones especializadas como Fotogramas también recogieron la confesión de Bertolucci: «Son cosas graves, pero las películas se hacen así. Las provocaciones son a veces más importantes que las explicaciones», decía el director, que ideó la escena durante un almuerzo, cuando Brando untó un trozo de pan con mantequilla y ambos se miraron cómplices.
Decidieron no explicarle nada a la actriz para que su reacción durante la filmación fuese «más auténtica».
Lo fue, Schneider, que entonces era virgen, nunca más volvió a desnudarse en el cine y nunca se recuperó del trauma. En el año 2007, la intérprete denunció lo que le habían hecho los compinches Bertolucci y Marlon Brando: «Debería haber llamado a mi abogado o a mi agente, porque no se puede obligar a un actor a hacer algo que no está en el guion. Pero entonces yo era joven y no lo sabía», explicó entonces en el Daily Mail. Ella nunca llegó a ver cómo Bernardo Bertolucci admitió los hechos.
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