La televisión brasileña cuenta con un nuevo programa de culto. Alrededor de 38 millones de telespectadores siguen cada día la telenovela de la cadena Globo 'Avenida Brasil',un serial en el que sus protagonistas hablan alto y son maleducados, pero también trabajadadores y solidarios. La novedad radica en que que viven en los suburbios -hasta ahora, los héroes de estas producciones procedían de la clase alta y residían en barrios pudientes- y en ellos se ven reflejados los 40 millones de brasileños que han accedido recientemente a la clase media.

'Avenida Brasil', que debe su título a la vía rápida que une la periferia del norte con el sur turístico de Río, es además un fenómeno en las redes, donde millones de fans comentan en tiempo real el desarrollo de la historia, trufada de pasiones, traiciones y venganzas. Esa locura ha alterado incluso la agenda de la presidenta Dilma Rousseff, que recientemente tuvo que adelantar el horario de un mitin de apoyo al candidato del Partido de los Trabajadores (PT) al Ayuntamiento de Sao Paulo porque coincidía con la emisión del serial. La mandataria también tenía previsto finalizar antes de lo previsto un acto en Salvador de Bahía porque se ofrecía el último episodio de la serie, pero por motivos de seguridad se instalaron pantallas gigantes en el recinto para seguir la emisión. Finalmente, una denuncia de un partido conservador, que tildó el acto de "show político", provocó que la justicia electoral prohibiese al PT utilizar dichas pantallas.

Pasión por el fútbol

La pasión por el serial -que protagonizan, entre otros, Isis Valverde, Débora Falabella y Adriana Esteves- ha llegado también a los campos de fútbol, donde los jugadores que nos son del agrado de los asistentes soportan los gritos de "Divino", el equipo ficticio de tercera división que aparece en 'Avenida Brasil'.