Que el Festival de Cannes no es una cita estrictamente cinematográfica sino, ante todo, un escaparate en el que celebridades de todos los ámbitos del showbiz se hagan autobombo ha quedado demostrado desde el inicio del certamen hace cinco días.

Además de estrellas como Bruce Willis, Marion Cotillard e Isabelle Huppert --o Jackie Chan, que anunció el rodaje de su última película de acción--, han aportado su particular dosis de glamur a la Croisette personalidades como Carlota Casiraghi, que asistió a la première de la versión restaurada de Erase una vez en América; Eva Longoria, que ha ejercido de anfitriona de una fiesta benéfica, y la nueva chica Bond, Berenice Marlohe, que acudió a un acto promocional de la firma Swarovski; o, cómo no, la inefable Paris Hilton.

La cantante Beth Ditto, líder de The Gossip, aprovechó su presencia en Cannes para anunciar planes de boda con su novia Kristin Ogata.

Más estrellas de la música se han dejado caer por aquí, como el rapero Puff Daddy y Nick Cave, que visitó el festival el sábado como guionista de Lawless.

Y ayer mismo el rockero Pete Doherty, que, fiel a sus excentricidades, se llevó una botella de whisky al certamen, donde presentó Confessions of a child of the century, que coprotagoniza con la modelo Lily Cole.