Un año más, Naomi Watts ha deslumbrado en la alfombra roja del Festival de Cine de Cannes. Pero esta vez, la actriz no ha acudido a la Costa Azul para presentar una película, sino para dar a conocer su nuevo papel como embajadora de Astalift, la gama de cosmética antiedad que Fujifilm lanzó hace seis años en Japón y que ahora desembarca en Europa. En una cena que ofreció la firma de belleza la noche del viernes, la intérprete lució joyas de Chopard valoradas en dos millones de euros.

Antes, la estrella británica, que ha trabajado con directores de la talla de David Linch, Woody Allen y Clint Eastwood, compareció ante los medios en la terraza del Hotel Martínez y habló de su trabajo, su familia y sus secretos de belleza. Con el pelo recogido en una coleta y vestida con una túnica de Roland Moret, que resaltaba su frágil silueta, la protagonista de King Kong empezó dando algunos detalles de su nueva película, Caugh in fligh (Cogida al vuelo), sobre Diana de Gales, que se centrará en los dos años anteriores al accidente que le costó la vida, mientras huía de los paparazis, ocurrido en París en agosto de 1997.

EL MOMENTO IDONEO "Es un reto interpretar a un personaje tan icónico", dijo Watts, que añadió: "Lady Di era querida en todo el mundo y estoy empezando a trabajar el personaje". Destacó que "ahora es el momento oportuno para hacer este biopic porque sus hijos ya son adultos. Antes hubiera sido prematuro".

La estrella británica tiene otra media docena de cintas pendientes de estrenar en España, entre ellas, Blonde, adaptación de un libro sobre Marilyn Monroe, y The impossible, dirigida por Juan Antonio Bayona y en la que comparte cartel con Ewan McGregor, que recuerda el terrible tsunami que asoló el sureste asiático en el 2006. "El agua complicó mucho el rodaje pero la energía positiva del equipo español facilitó mucho las cosas", declaró. Watts está encantada con Bayona, uno de sus cineastas favoritos.

Watts también habló de sus hijos: "cuando eran más pequeños me los llevaba a los rodajes, pero han comenzado la guardería y ahora intento viajar menos para no alejarme de ellos". La estrella vive feliz en el Soho neoyorquino con su pareja, el también actor Liev Schreiber, a quien conoció durante el rodaje de El Velo pintado, y con sus dos hijos, Alejandro, de 4 años, y Sammy, de 3.

Watts, de 43 años, aseguró que no tiene tiempo para cuidarse: "No me obsesiono con el ejercicio ni la alimentación". Fuera de los platós, asegura que lleva una vida muy normal. "Me levanto, doy el desayuno a los niños,me ducho y los llevo al colegio". Y añadió: "y es que todo gira en torno a mis hijos".