No hubo celebración oficial ni privada, pero sí una comida familiar. Así pasaron ayer los Monarcas el aniversario de sus bodas de oro. Juan Carlos y Sofía almorzaron con los príncipes de Asturias, las infantas Elena y Cristina, y sus ocho nietos. Fue una comida normal, en la que no hubo pastel y en la que, por primera vez desde el verano pasado, los Reyes pudieron disfrutar de todos sus nietos juntos.

El Rey no había vuelto a ver a los hijos de los duques de Palma desde el pasado mes de agosto, ya que en Navidad no viajaron a España debido a los problemas judiciales que afectan a Iñaki Urdangarin, que no asistió a la comida porque se quedó en Vitoria acompañando a su madre, Claire Liebaert, muy afectada por la muerte de su marido Juan Maria Urdangarin. La infanta Cristina ha querido mantener a sus hijos alejados del revuelo mediático levantado por los negocios "poco ejemplares" de su esposo, y solo ha viajado con ellos a España con motivo del fallecimiento de su suegro, ocurrido el pasado jueves en Vitoria.

SIN VERSE DESDE BOTSUANA Cristina y los niños llegaron a la capital alavesa el pasado sábado para asistir al funeral que se ofició en la Basílica de San Prudencio, y ayer regresaron a Madrid para pasar un día con sus abuelos en la Zarzuela, ya que está previsto que los duques de Palma y sus hijos regresen hoy a Washington para reincorporarse a sus clases en el Liceo Francés. Juan, Pablo, Miguel e Irene tienen una gran complicidad con sus abuelos, especialmente con la reina Sofía, que los ha visitado en EEUU en dos ocasiones desde que estallara el caso Urdangarin . La última fue en abril para asistir al cumpleaños de Miguel, tercero de los hijos de Cristina e Iñaki, que el pasado día 30 apagó las 10 velas del pastel.

La infanta Cristina tampoco había visto a su padre desde que fue operado para colocarle una prótesis de cadera, que se rompió mientras cazaba elefantes en un viaje a Botsuana, un accidente que volvió a poner en cuestión a la Corona y que obligó al Rey a pedir perdón ante la indignación de la calle, que no entendía que el Monarca se hubiera ido a cazar en uno de los peores momentos de la crisis que azota al país. La menor de las hijas de los Reyes tampoco había visto a su sobrino Froilán desde que se disparó accidentalmente con una escopeta en el pie.

Una sucesión de acontecimientos que han aconsejado pasar de largo una fecha tan importante como son las bodas de oro, y que otras monarquías europeas celebran con grandes fastos. Un ejemplo es el jubileo de diamantes de la reina Isabel II, que tiene lugar estos días en Reino Unido. Sin embargo, Juan Carlos y Sofía sí celebraron sus bodas de plata, posando en una foto con otros 17 matrimonios que, como ellos, se casaron también el 14 de mayo de 1962.

En esta ocasión, ambos han estado de acuerdo en dejar las celebraciones para mejor ocasión.