El look diosa griega sigue dejando huella en las alfombras rojas y el domingo nadie fue más divina en el Shrine Exposition Hall de Los Angeles que Viola Davis. A sus 46 años, espectacular en un escotado vestido blanco viejo con detalles dorados de Marchesa, la protagonista de Criadas y señoras fundió a La Dama de Hierro y arrebató a Meryl Streep el reconocimiento como mejor intérprete femenina del año de sus compañeros del gremio, la Unión de Actores.

El triunfo de Olivia Spencer como actriz de reparto por su trabajo en ese mismo drama racial ambientado en Misisipí en los años 60 y el de todo el elenco, un equivalente a la mejor película, selló una noche que pone emoción a una carrera hacia los Oscar que empezaba a hacerse algo aburrida por lo predecible. Los intérpretes representan el principal bloque de votantes en la Academia de Hollywood, y sus decisiones, cuando no se mueven en el mismo sentido que la corriente dominante, siempre deben ser tenidas en cuenta.

El domingo ni ganó Streep (con la que Davis había trabajado en La duda) ni ganó The Artist, que muchos consideran favorita a mejor película en los Oscar. Y cuando el protagonista del homenaje al cine mudo, Jean Dujardin, fue escogido como mejor actor por sus colegas, estos dieron también otra sorpresa, rompiendo la carrera que parecía imparable hacia la dorada estatuilla de George Clooney por su papel en Los descendientes. Quizá solo el premio como actor de reparto para Christopher Plummer por su creación en Begginers cumplió las previsiones de todas las quinielas y no alteró ninguna de cara a la cita del 26 de febrero.

Con premios también en categorías de televisión --donde se reconoció a Boardwalk Empire, Modern Family, Steve Buscemi, Alec Baldwin, Jessica Lange y a la nonagenaria y bromista chica de oro Betty White--, la ceremonia y, sobre todo su alfombra roja previa, fueron un derroche de glamur. Hubo algunas ausencias notables, como las de Paul Giamatti y Kate Winslet, reconocidos por sus trabajos en miniseries, pero otras presencias, como las de Brad Pitt, Angelina Jolie y George Clooney, aseguraron la lluvia de estrellas.

Aunque se vio mucho negro, como en el diseño de Jenny Packam que eligió Jolie, en el vestido de Stacy Keibler (la novia de Clooney), o en el de Sarah Burton para Alexander McQueen que lució Emma Stone, algunas se atrevieron con los colores. Una fue Emily Blunt, en un intenso verde de Oscar de la Renta, y la otra fue la siempre acertada Michelle Williams, que optó por un Valentino rojo (el mismo color que eligió Kyra Sedgwick).

Hubo dos blancos espectaculares: el del Givenchy Haute Couture firmado por Riccardo Tisci en que deslumbró Zoe Saldaña y el elegantemente osado buzo de Elie Saab con inspiraciones en Scarface que lució Rose Byrne.

Y no faltaron tampoco dosis de contención. Por esta opción se decantó la española Paz Vega, que paseó un conjunto de falda negra y camisa blanca y una larga melena.