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Parece Irlanda, pero este imponente castillo está en Córdoba y se puede visitar

Se trata de uno de los castillos mejor conservados de toda Europa

Castillo de Almodovar

Castillo de Almodovar

España está llena de edificaciones históricas que nos recuerdan a cada paso, la larga y compleja historia del país y que abarcan desde monasterios perdidos en la montaña hasta catedrales góticas que se levantan como agujas hacia el cielo.

Pero si hay un lugar donde el pasado medieval cobra forma de manera espectacular, ese es el Castillo de Almodóvar del Río en Córdoba: uno de esos sitios que hay que ver al menos una vez en la vida.

Eregido sobre una colina a más de 250 metros de altura, el Castillo de Almodóvar se alzac oronando el valle medio del Guadalquivir e impone desde que empieza a dibujarse a lo lejos en el horizonte desde pueblos vecinos o desde la carretera.

Su figura dominante se deba a que fue proyectado estratégicamente por los musulmanes, almohades y más tarde para la corona castellana. Con trece siglos de historia esta fortaleza ha sido residencia real, prisión y bastión defensivo y hoy es uno de los castillos mejor conservados de Europa.

A diferencia de otras fortalezas el de Almodóvar no se ha quedado en ruinas ni congelado en el tiempo: a finales del siglo XIX un joven conde, Rafael Desmaissières, decidió que esta joya no podía perderse y se propouso restaurarlo junto al arquitecto Adolfo Fernández Casanova y durante más de 30 años casi 800 obreros devolvieron el esplendor a murallas, almenas y torres. Gracias a una titánica tarea de restauración por la que hoy se puede recorrer un castillo vivo y no solo como la reliquia de piedra que podría haber sido.

Visitas al Castillo de Almodovar

El visitante puede pasear por sus torres, subir a los miradores y asomarse al río Guadalquivir desde la altura. Las mazmorras, el Salón del Trono, la Plaza de Armas o el Jardín del Foso (dividido en zonas de vegetación mediterránea, tropical, oriental) se abren como escenarios de otra época que invitan a dejar volar la imaginación.

Además el castillo se ha convertido en un auténtico centro cultural: en su interior se celebran visitas teatralizadas, jornadas medievales, combates históricos, almuerzos al estilo de la Edad Media y hasta la famosa Noche de la Luna Negra, que transforma la fortaleza en un espacio entre el misterio y el terror.

El Castillo de Almodóvar también ha conquistado a la gran pantalla. Su fama internacional llegó con Juego de Tronos, donde se transformó en Altojardín y Roca Casterly en la séptima temporada de la serie. Sin embargo, no fue la primera vez que el cine puso sus ojos en él: Ava Gardner, Omar Sharif o Juanito Valderrama ya rodaron aquí décadas antes. Ese aire cinematográfico, unido a su estado de conservación, hace que al recorrerlo uno sienta que se mueve por un escenario donde la historia y la fantasía se confunden.

La experiencia no se limita a las piedras: el castillo, que está abierto al público desde 2001, permite recorrer prácticamente todos sus rincones salvo el Palacio Neogótico, aún residencia privada.

El precio de la entrada general es de 10 euros, con descuentos para niños y tarifas reducidas. Hay visitas guiadas y audioguías en varios idiomas para quien quiera profundizar en su historia. El recorrido no es corto y entre murallas, torres y jardines se pueden pasar fácilmente un par de horas.

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