Aviso a los españoles afectados por el apagón: estos son los alimentos que hay que guardar según los científicos

Una investigación analiza cuáles son los cultivos más rentables en un contexto de catástrofe

Alimentos apagon

Alimentos apagon

El apagón que paralizó España el pasado 28 de abril sigue resonando en la memoria colectiva. Durante más de 48 horas, millones de ciudadanos se vieron obligados a sobrevivir sin electricidad, sin acceso a internet, sin medios de comunicación, y con los supermercados desabastecidos.

Ahora un estudio publicado el pasado 7 de mayo en la revista científica PLOS ONE por los investigadores Matt Boyd y Nick Wilson cobra una nueva Relevancia. El trabajo, titulado Resilience to abrupt global catastrophic risks disrupting trade: Combining urban and near-urban agriculture in a quantified case study of a globally median-sized city, no habla de apagones eléctricos, pero sí de algo mucho peor: un colapso global del comercio provocado por catástrofes como una guerra nuclear o un evento climático extremo.

Aunque el estudio se centra en una ciudad de tamaño medio a nivel mundial sus conclusiones son extrapolables a muchas urbes europeas. Lo que descubrieron los científicos es claro: la agricultura urbana por sí sola "no puede garantizar la seguridad alimentaria" en escenarios de colapso global. Sin embargo, una combinación de cultivo urbano y cultivos en las zonas rurales cercanas a la ciudad sí podría llegar a ofrecer una solución viable para alimentar a toda la población en caso de desastre.

Esto tiene implicaciones directas para cualquier persona que haya vivido las consecuencias del reciente apagón. Si una interrupción temporal en el suministro eléctrico ya causó caos y ansiedad, la pregunta es qué ocurriría si además se interrumpiera el comercio de alimentos y combustibles

Los científicos alertan de que la clave está en optimizar el uso del suelo cercano a las ciudades y seleccionar cuidadosamente los cultivos más resistentes y eficientes: “El cultivo urbano contribuye significativamente a la seguridad alimentaria, pero debe complementarse con cultivos cercanos para satisfacer las necesidades de la población”.

En un escenario normal los cultivos ideales para sobrevivir son las patatas, debido a su alta producción calórica. Pero si el desastre incluye una disminución drástica de la luz solar, como podría ocurrir en un invierno nuclear, entonces el trigo, la zanahoria y la remolacha azucarera son las mejores opciones: “El trigo ofrece almacenamiento multianual si se gestiona adecuadamente”.

Otro aspecto interesante es el tema de los biocombustibles. En muchas ocasiones se ha dicho que destinarlos a la producción de biodiésel compite con el suministro alimentario. Sin embargo, el estudio rebate esta idea con datos: solo el 9% del terreno agrícola cercano a la ciudad tendría que dedicarse al cultivo de canola para garantizar el funcionamiento de la maquinaria agrícola, lo que haría posible alimentar a toda la ciudad incluso sin acceso a combustibles fósiles.

A raíz del apagón, muchas personas se preguntan si deberían empezar a prepararse para lo peor. Y los autores del estudio, sin sugerir el pánico, sí hacen recomendaciones claras para los gobiernos y ciudadanos. Por ejemplo, animan a los ayuntamientos a proteger el suelo fértil que rodea las ciudades, a invertir en infraestructuras de procesamiento de alimentos como molinos de grano o refinerías de biodiésel, y a fomentar programas piloto de agricultura urbana en barrios y comunidades.

Además, destacan la importancia de disponer de agua, fertilizantes y conocimientos agrícolas antes de una crisis: “El rendimiento agrícola depende del suelo, el agua, los insumos y la experiencia”.

Además el estudio recuerda que "la provisión de alimentos no figura en los planes de urbanismo de muchas ciudades", cuando debería ser un eje central de cualquier estrategia de resiliencia frente a catástrofes.

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