El desconocido manjar que ponen en Andalucía a las tostadas del desayuno: natural y lleno de energía

Más allá de los refranes que todos repetimos sin pensar como “desayuna como un rey” o “el desayuno es la comida más importante del día”, lo cierto es que en muchas culturas esta primera comida tiene un valor especial. No solo marca el comienzo de la jornada: sino que también es clave en el equilibrio de la alimentación diaria.

Si se hace bien el acto de desayunar solo nos aporta la energía que vamos a necesitar a lo largo de todo el día sino que mejora el rendimiento físico y mental, nos previene de sufrir fatiga y además estabiliza el apetito el resto del día. Por el lado contrario, si nos saltamos el desayuno (como hacen muchos por falta de tiempo) podemos sufrir un impacto grave en nuestro desempeño.

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Mientras en redes sociales se multiplican las tostadas de aguacate con huevo poché y semillas que parecen sacadas del escaparate de una cafetería neoyorquina, en el sur de España se mantiene viva una tradición que poco tiene que ver con lo estético y mucho con lo sabroso. Los auténticos maestros del desayuno están en Andalucía, donde uno de los secretos mejor guardados es un producto que pocos conocen fuera de la región: la zurrapa de lomo.

Este manjar, que en algunas zonas como Málaga o Cádiz roza el nivel de devoción, es uno de los acompañamientos más populares para las tostadas en esta parte del país. No se trata solo de aceite o tomate, aunque estos también tienen su sitio. La zurrapa es otra liga. Su nombre puede sonar extraño, pero su sabor no deja indiferente a nadie que la prueba.

La base es lomo de cerdo ibérico, que primero se fríe y luego se desmenuza con paciencia. A eso se le añade manteca de cerdo (también ibérica si se quiere seguir la tradición a rajatabla) y se mezcla todo en un proceso que recuerda a otras recetas europeas como los rillettes franceses. El resultado es una pasta untuosa, con una capa superior de grasa y una textura densa, perfecta para extender sobre pan caliente.

Aunque se asocia principalmente con Andalucía, también se encuentra en zonas de Extremadura, donde la tradición del cerdo ibérico está profundamente arraigada. De hecho esta receta tiene sus raíces en la cocina de aprovechamiento, donde nada se tira y todo se transforma en algo sabroso. La zurrapa puede tomarse sola en una rebanada tostada, pero también sirve como ingrediente para platos más elaborados como guisos o estofados.

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En cuanto a lo nutricional, no es un producto ligero ni apto para quienes siguen dietas bajas en grasa. Pero sí es una fuente potente de energía para comenzar el día, especialmente si se tiene por delante una jornada física intensa. Su riqueza en proteínas y grasas convierte a la zurrapa en un desayuno que, aunque contundente, tiene sentido en contextos donde el cuerpo necesita combustible duradero.

Prepararla en casa no es complicado y tiene la ventaja de conservarse bien en frío, lo que permite hacer una buena cantidad y tener siempre a mano. Solo se necesita lomo de cerdo ibérico, manteca, unos dientes de ajo y algunas especias al gusto como pimienta, orégano o un chorrito de vino blanco. El proceso es rápido y sencillo y apto incluso para quienes no se manejan bien en la cocina.