Estos son los 5 probióticos que hay que tomar para deshinchar la barriga

Siempre hay que comerlos con otros alimentos complementarios

probióticos

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Más allá de cómo nos sentimos frente al espejo o del ajuste de una prenda de ropa al final del día, la hinchazón abdominal es una molestia real que va mucho más allá de una simple cuestión estética. Esa sensación de pesadez, de estar “llenos” sin haber comido demasiado puede condicionar nuestro estado de ánimo, alterar nuestro apetito e incluso dificultar el descanso.

Este malestar está relacionado con una acumulación de gases en el intestino, una digestión más lenta de lo habitual o un desequilibrio en la microbiota intestinal.

En algunos casos puede venir acompañado de dolor abdominal, estreñimiento o diarrea. Son síntomas muy comunes que afectan a la calidad de vida de muchas personas, especialmente de quienes padecen el conocido síndrome del intestino irritable.

Además de adoptar una dieta menos fermentable y cuidar el ritmo de las comidas, una de las estrategias más efectivas para combatir la distensión abdominal es incorporar probióticos a nuestra alimentación. Estas bacterias “buenas” ayudan a mantener el equilibrio del ecosistema intestinal y pueden ser claves para mejorar la digestión, reducir los gases y aliviar el dolor abdominal.

De hecho numerosos estudios respaldan su uso, especialmente en situaciones como la diarrea aguda, la diarrea del viajero, la disbiosis intestinal tras tratamientos con antibióticos o las molestias asociadas al colon irritable. Según explica la especialista Míriam Mañosa, del Hospital Universitari Germans Trias i Pujol de Badalona en el portal Lactoflora “el dolor abdominal es uno de los síntomas que mejora en un porcentaje más elevado de pacientes con la toma de probióticos”.

Los más utilizados y estudiados son los de los géneros Lactobacillus, Bifidobacterium y Saccharomyces boulardii. Cada uno de ellos incluye distintas cepas con efectos beneficiosos demostrados para distintos síntomas intestinales, como la flatulencia, la diarrea o el estreñimiento. Pero no hace falta recurrir siempre a suplementos ya muchos alimentos contienen de forma natural estos microorganismos y son fáciles de incorporar a la dieta.

Yogur

El más popular de todos. Eso sí, para que sea realmente efectivo, es importante que contenga cultivos vivos y activos, como Lactobacillus y Bifidobacterium. Estos ayudan a equilibrar la flora intestinal y pueden mejorar la digestión.

Kéfir

Es una bebida fermentada con una gran variedad de bacterias y levaduras beneficiosas. Su consumo regular fortalece el sistema inmunológico y puede ser especialmente útil para combatir la inflamación abdominal.

Chucrut

Este repollo fermentado es rico en probióticos, pero hay que tener en cuenta un detalle: debe ser no pasteurizado. El calor del proceso de pasteurización elimina las bacterias beneficiosas. Cuando se consume en su forma cruda, puede reducir los gases y mejorar la digestión.

Pepinillos fermentados

No todos los pepinillos valen. Solo los que están fermentados en salmuera, y no en vinagre, conservan las bacterias beneficiosas. Suelen encontrarse en la sección de refrigerados del supermercado.

Queso cottage

Este producto lácteo también puede contener probióticos, siempre que esté etiquetado como que incluye cultivos vivos y activos. Es una opción práctica que se puede combinar fácilmente con otros alimentos.

Complementar con prebióticos

Los probióticos no actúan solos. Para que puedan desarrollarse y mantenerse activos en el intestino, necesitan “alimento”, es decir, prebióticos. Estos se encuentran en alimentos como el ajo, la cebolla, la avena o el plátano, y favorecen un entorno favorable para el crecimiento de las bacterias buenas.

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